lunes, 17 de mayo de 2010

Restos del psicologismo

El espacio que en el pasado reciente ocupó la psicología está viviendo en nuestros días una revolución (¿y qué no?, puedes decirme...).

A los Talleres sobre 'Autodescubrimiento y liberación del sufrimiento' llegan personas desde dos experiencias vitales distintas:
- Aquéllas que sólo tienen su ego, es decir, el constructo de historias que se han contado sobre sí mismas. Con la Exploración de Consciencia descubrirán que todas son mentira, desharán su ego (no es tan complicado) y accederán progresivamente a la realidad luminosa que verdaderamente son.
- Aquéllas que no sólo traen sus mentiras propias, sino, además, las que han comprado a algún psicólogo de la vieja escuela. Éstas no necesitan liberarse sólo de su propio ego, de sus mentiras autocontadas, de sus creencias, sino de las que por añadidura adquirieron.

Cada vez son menos, pero aún quedan, relaciones del tipo que describimos: yo me siento mal, y acudo al psicólogo. Éste me pregunta qué me ocurre (como si yo lo supiera...), y a partir de mis palabras emite un diagnóstico (clasificar, ordenar, controlar...). Desde su universo mental y personal, me propondrá una historia alternativa: deja de creer eso que creías, y a partir de ahora cree esto que yo te digo.

Si estoy lo bastante despierto, lo mandaré a hacer puñetas (si estoy lo bastante despierto, seguramente no iré a verlo...), pero si me encuentro en un estado de debilidad, de falta de confianza en mí mismo, y además inconscientemente quiero creer que no he tirado el dinero, tal vez durante un tiempo juegue a intentar hacerle caso, y me esfuerce en creer las historias que me propuso para reemplazar aquéllas con las que yo venía...

Ningún psicólogo puede comprender en ti lo que no haya comprendido previamente en sí. Todo aquello que de tu experiencia a él le resulte extraño, lo rechazará como amenazante para su propio ego, para su propio constructo defensivo-agresivo. Por otro lado, inevitablemente volcará en ti su propia historia personal no resuelta. Un ejemplo que en su tiempo fue frecuente: si él juega a culpar a sus padres de sus propias miserias actuales, fácilmente te propondrá que tú hagas lo mismo; que busques en tu infancia o cuando sea motivos (aparentes) para culpar a tus padres de lo que te está ocurriendo. A ti eso no te soluciona nada, pero él si sale reforzado en su ego, además de quedarse con tu dinero...

Menos mal que la revolución ha llegado a la psicología...