jueves, 6 de mayo de 2010

Autorregulación

La investigación que desde hace unos años estamos llevando a cabo no habría sido posible sin Internet. En efecto, mediante este blog y la difusión gratuita de la edición digital de los libros, el mundo ha devenido un 'laboratorio' inmenso. De lejanos países nos llegan e-mails exponiendo dudas y experiencias, hallazgos y triunfos. Es por eso que en modo alguno puedo considerarme autor de nada. Ni por las razones explicadas, ni por la inspiración, que sólo Dios sabe de dónde llega, cuándo y para qué llega...

Algunos colaboradores de la primera etapa han ido participando menos, y su lugar ha sido ocupado por otros, tal vez más en sintonía con cada nuevo descubrimiento. Uno de ellos es L., ciudadano de un país maravilloso e incomprendido.

Esta misma semana, L. me comentaba que tal vez eso que los literalistas llaman 'recuerdos de otras vidas' no sea sino un mecanismo de autorregulación. Por supuesto que es eso, y de ahí su valor terapéutico. Yo no tengo el más mínimo interés en convencerme a mí mismo ni en convencer a nadie de que 'existen otras vidas'. Era Voltaire quien decía que la idea de haber vivido otras vidas no le resultaba más sorprendente que estar viviendo ésta.

No es ése el tema (o no lo es para mí en este momento). Lo que de verdad me interesa son otras cosas. Por ejemplo, algo a lo que podríamos llamar 'comunicación espiritual'. Cuando trabajas en el campo de la Consciencia, te das cuenta de que lo que piensas y lo que sientes tiene repercusión afuera. Crees que no te comunicas, pero lo haces. Cuando esa comunicación se vuelve consciente, el cambio es tremendo. ¿Te atreves con un experimento? Sólo funciona si es sincero. Desde tu corazón, repite 'te quiero' (espiritualmente, no físicamente) a la persona que de verdad quieras. Observa lo que ocurre. Te transformas tú, y se transforma ella. Por favor, no me hables de que eso lo explica la física cuántica, que me da dolor de cabeza...

Si no permitimos que esas imágenes con forma de recuerdos se hagan conscientes, estamos cerrándonos puertas. ¿Se vuelve uno loco si las abre? Todo lo contrario: se vuelve cuerdo.

Los pueblos antiguos y los que aún en el presente no han perdido del todo su memoria, saben que no somos materia. 'Todo es química' -dicen algunos. Y lo dicen con palabras, que no son química, y pretenden tener razón, que tampoco es química. La química es lo de menos...

Tal vez sea importante, muy importante, alejarse del literalismo como de la peste. Cuanto más abierto permanezcas a no etiquetar la experiencia, más lejos y más alto permitirás que te lleve. Todas las otras vidas están en ésta.