viernes, 10 de julio de 2009

Posesión y psicosis

En las ciencias de la enfermedad occidentales contemporáneas se suele hablar de psicosis, como el más grave de los trastornos mentales, y distinguirse dos tipos fundamentales: la esquizofrenia y el trastorno bipolar.

En su pasión por clasificar, más que por profundizar en la comprensión del fenómeno, tal vez se dejen de lado importantes puntos de coincidencia. La llamada 'psicosis' no sólo supone una ruptura con la realidad consensuada. Tanto en la esquizofrenia como en la manía aguda el individuo dice con frecuencia sentirse poseído. En el caso de la esquizofrenia, el tópico son 'las voces que me hablan'. En el caso de la manía, de inspiraciones y energías que acaban rompiendo la estructura del funcionamiento convencional de quien la experimenta.

En las ciencias de la salud tradicionales de Oriente, se tiende a hablar más de 'estados del ser'. Un loco es alguien que se ha perdido. Mientras la antropología que se subsume todavía en occidente tiene como base la idea de que el hombre es un cuerpo material con una conducta que debe someterse a la estadística normalizadora (eso es la 'salud'), la oriental considera que el hombre es un ser espiritual con un cuerpo energético, en permanente posibilidad de crecimiento, y también de desequilibrio.

El concepto de salud no es natural, sino cultural. Inevitablemente es hijo de una antropología no cuestionada pero cuestionable. La fortaleza de esa antropología podría tener su máximo valedor en el miedo, que propicia el mercado (porque existe la demanda) de oscuros negocios farmacéuticos, y el mantenimiento de castas profesionales que ejercen su dominio sobre quienes quieren ser dominados. El miedo, siempre el miedo.